Luego de dos meses de vacaciones, de no asistir a la guardería, de disfrutar tiempo en casa con papá y mamá, además de todas las actividades que se realizan en la época de diciembre, se llego enero y con él, la vuelta a la normalidad; de nuevo regreso a la guardería.
Para mí este ha sido un tema de paciencia, de entender que todos somos diferentes y acompañar a mi hijo dándole seguridad y tranquilidad para que el pueda disfrutar de su guardería, ya llevamos una semana de nuevo asistiendo y todas la mañanas se escucha en mi casa “mamá hoy no vamos a guardi”, para muchas mamas este puede ser el día a día en esta apoca del año, aquí les quiero contar como he manejado la situación y que hago para estar tranquila y saber que el SI está bien en la guardería.
Como mama estoy de acuerdo con la escolarización y he leído de varias fuentes que la asistencia a la guardería proporciona al niño habilidades cognitivas, sociales y del lenguaje; habilidades que en nuestro caso se han manifestado con cambios significativos. En las mañanas al momento de entregarlo a la profesora, es normal que haga pucheros y se quede con la carita triste, entiendo que esa es la forma de decirme adiós y demostrarme que le duele nuestra separación, algo que hago es que me quedo pistiandolo un rato para ver cómo se comporta y para mi tranquilidad entra al salón como si nada e inmediatamente se une a la actividad con los demás compañeritos, tener contacto permanente con los profesores de la guardería es algo que también me permite hacerle un seguimiento durante la jornada en la que él está allí, ellas me mantienen informada de cómo va pasando su día, a la hora de elegir la guardería, este fue un punto que tuve muy en cuenta, el hecho de poder llamar en cualquier momento a la profesora de mi hijo me ayudo a tomar la decisión de dejarlo en este sitio, es mi chiquito y aun está en la etapa de apego y yo soy mamá primeriza, así que necesito estar al tanto de todo.
Cuando ya está en casa estoy pendiente de su comportamiento para entender que lo único que le da dificultad es despedirse de mamá, por eso estoy tranquila porque: llega contento, cuenta con alegría que hicieron, come todas sus comidas normalmente (no hay cambios en el apetito), juega feliz y duerme bien.
Lo más importante en este tipo de casos es seguir nuestro instinto, somos las que mejor conocemos a nuestros hijos, simplemente llegan etapas que para todos son diferentes y como mamas debemos aprender a resolver, no falta la persona que aunque lo hace con amor (eso supongo) te critica por llevarlo a la guardería y allí viene el típico y odiado para mi “que pesar del niño…”, como mamas sabemos tomar las mejores decisiones para ellos y nuestro amor y acompañamiento harán que esta etapa de su vida pueda pasar como un momento de aprendizaje con tranquilidad.