Dormir es uno de los placeres más ricos que tiene la vida para mi, aunque desde que soy mamá es uno de los placeres que menos disfruto, lo que si disfruto es cuando mi hijo se queda dormido; primero, verlo dormir es demasiado lindo, nos podemos pasar horas solo mirándolo, yo por lo menos le tomo fotos, le sobo la cabecita y le doy besitos; segundo, es un espacio en el que puedo descansar, tomarme el café tranquila, leer, ver televisión y que programa no sea muñequitos, almorzar sin afanes y porque no, aprovechar para dormir también, aunque debo confesar que en semana no lo hago, pero el fin de semana cuando esta mi esposo, aprovechamos y todos nos quedamos dormidos en ese momento algunas veces.
Mi hijo de dos años y ocho meses hace su siesta casi todos los días al medio día, más o menos dos horas, tiempo que lo llena de energía para seguir jugando y disfrutando del resto del día, muy de vez en cuando no la hace y sigue derecho, les confieso que esos días son un poco mas agotadores para mí, lo coge el sueño casi a las 5:00 pm, hora en la que ya no lo puedo dejar dormir pues en la noche no dormiría nada, entonces toca sacar todos los juegos e inventos más divertidos para llevarlo despierto hasta las 7:00 pm. En esta edad, los niños necesitan recuperar para continuar, su cuerpo se lo pide y de eso nos damos cuenta en esos días en los que no duerme y el sueño lo ataca, por no hablar de lo irritable que se puede llegar a poner, hace poco no hizo la siesta y su comportamiento parecía el de un niño diferente, tirando la comida al piso, llorando porque si porque no, tirando los juguetes… en fin, debo decirles que me agoto la paciencia y tristemente termine como una mamá gruñona y gritona, gracias a Dios al otro día todo volvió a la normalidad, un niño tranquilo amoroso y con energía para jugar.
Para que mi hijo duerma la siesta ha sido importante crear una rutina en torno a ese momento, ya que la edad en la que esta lo lleva a estar descubriendo y explorando, por eso a veces decimos que está peleando con el sueño, para esta rutina lo que hacemos es bajarle el ritmo al juego, que siempre más o menos sea a la misma hora, en un ambiente tranquilo, algunas veces acostarnos juntos a hacer perecita y ahí se queda dormido.
He escuchado algunos papas que eliminan la siesta ya que en la noche se les dificulta dormir, pero creo que es cuestión de lo que te pide tu cuerpo y dormir la siesta les puede ayudar a dormir mejor en la noche, además de disminuir las pesadillas nocturnas. Nunca se debe llevar al niño a la fuerza hacer la siesta, pues él lo tomara como un castigo y será algo que no quiera hacer.