Uno de los temas que más nos toca a las mujeres cuando estamos en embarazo o planeamos tener hijos, es que va a pasar con esa personita, renuncio y lo cuido? O contrato a alguien y sigo trabajando?.
Con mi primer hijo entre en ese dilema, la verdad en mi plan de vida no estaba ser mamá, no era uno de mis sueños, pero desde que me case tenía claro que seriamos padres, siempre me imagine seguir con mi trabajo y que alguien cuidara de mi hijo,. Pero cuando se llego el momento de tomar la decisión, todo cambio, ya en embarazo mis prioridades fueron otras y con mi esposo tomamos la decisión de poder renunciar al trabajo.
Al principio todo fue muy bien, pero con el paso de los meses y la falta de ese ingreso fijo de mi parte, la situación económica comienza a desbalancearse y allí comienza el juego de la creatividad o de preguntarme: será que consigo trabajo de nuevo?
Por eso hoy quiero escribir este post, dedicado a todas las mamas que tienen ese dilema, respetando mucho a las que trabajan y alguien les cuida sus hijitos, pero como no es mi caso, les quiero hablar desde mi experiencia.
Ser mamá en casa y producir dinero no es nada fácil, claro, es una delicia poder llevar y traer a tu hijo donde lo necesite, acompañarlo a la cita médica, llevarlos al parque, la guardería y donde los amigos a jugar, compartir y ser tú la que puede estar con él todo el tiempo sabiendo cada paso de su vida, eso como mamas nos llena el corazón y nos da una satisfacción increíble… pero en mi caso, entra también un montón de pensamientos y emociones, donde me pregunto: y mi vida social? La salida con las amigas? Las reuniones de trabajo donde por mas aburridoras que fueran salíamos riéndonos y tomándonos un café, la tranquilidad de decidir dónde voy y en qué momento voy sin que nada me amarre, el hecho de producir mi dinero sin pensar en el poco tiempo que me queda… en fin, son una cantidad de cosas buenas y otras que para mí no son tan buenas.
Encontrar el equilibrio entre ser mamá y trabajar, para mí no ha sido fácil, pero no es imposible, por eso no me he rendido, creo que lo más importante es organizar el tiempo, ponernos unas metas y planes que se puedan ejecutar, perseverar muchísimo en lo que se propone y rodearte de mujeres que estén en la misma tónica, ese tipo de relaciones me han permitido abrir la mente a nuevas ideas y aprender a trabajar como madre independiente; otro factor que para mí ha sido clave es contar con el apoyo de mi esposo, en cada una de mis ideas y mis locuras el me ha apoyado, eso hace que el camino sea más fácil de recorrer, no ha sido fácil y aun estoy en la construcción de proyectos y retos nuevos que aunque dan susto los ponemos en marcha, pero con los que finalmente tengo la oportunidad de compartir con mi hijo y ser “mama de tiempo completo”.
Por eso hoy, a ti, mamá, que tienes ese dilema en tu corazón, quiero decirte que es posible, que da miedo, pero finalmente, ¿que no da miedo? Que los hijos crecen muy rápido y esos primeros años para ellos son fundamentales, muy seguramente cuando mis hijos estén ya los dos en el colegio yo tendré mas tiempo y podre ejercer tranquila en mis proyectos casi qué tiempo completo, por ahora, a hacer el esfuerzo y seguir planeando y aprendiendo de quienes ya también lo han hecho.
No te compares con nadie, el reto es contigo misma, sigue tu instinto y tu corazón te llevara donde quieras llegar.