Es diferente el segundo hijo

Es muy cierto que cuando tomamos la decisión de ser papás queremos tener todo bajo control, y esperamos tener un embarazo tranquilo y un bebe saludable.

Cuando tuve mi primer embarazo, como a todas nos pasa, todo es nuevo, por mi parte siempre he sido una persona muy tranquila y eso me ha ayudado en cierta forma a que mi cuerpo responda muy bien ante cualquier situación, pues por lo general no lo someto a situaciones de estrés, más bien me alejo de ellas, por eso en mi primer embarazo, todo fluyo con calma y como no sabía que esperar, simplemente deje que las semanas fueran avanzando y con ellas los preparativos, los exámenes y eso sí, siempre muy pendiente de sentir a mi bebe moverse dentro de mí, Pablo fue un bebe más bien quieto, no sentía con el casi movimientos y podía pasar un día entero sin sentirlo, para estar tranquila, pedía que me dejaran escuchar su corazón, así sabia que el bebe estaba bien.

Para la llegada de Pablo todo lo tenía muy planeado, desde muy temprano en el embarazo comencé a comprar cosas, a tener listo todo lo que para mí era importante y necesario, mas los regalos que el bebe recibe durante el embarazo, casi que desde la semana 30 de gestación ya todo estaba listo para la llegada de Pablo.

Pero con Elena todo ha sido diferente, es verdad que la experiencia de ya tener un primer bebe, nos relaja un poco, en cierta parte ya sabemos que esperar, ya tenemos claro que necesitamos y que no. En este momento estoy en mi semana 31 de gestación, y para esta fecha estamos empezando a organizar y arreglar todo lo que Elena necesita, algo bueno es que del hermano quedaron varias herencias en perfecto estado que vamos a utilizar, lo demás son cositas que por ser niña es necesario cambiar, no sería justo tampoco que crezca con todo lo de niño, además también rico que le toque estrenar; hace poco una amiga se reía de mi, de ver la diferencia entre los preparativos de los dos y me pregunto que si me haría estudio de fotografía, me dio mucha risa, pero la verdad es que, aunque estoy un poco relajada con el asunto, no quiero pasar nada por alto, no quiero que lo que Pablo tuvo, Elena no lo tenga, quiero el recuerdo de ambos embarazos.

Definitivamente cuando somos primíparas todo es más incierto, por ahora quiero gozarme este embarazo, diferente, una niña que se mueve todo el tiempo, que no paro de sentir, a la que no es necesario escucharle el corazón para saber que allí está bien, quiero disfrutar de la tranquilidad de saber que ya sé que necesito y que no, que no me hará falta nada, ya tengo planeado pintar su habitación y decorarla, quiero tener listo ese espacio para cuando ella llegue, pero sin afanes, quiero esperar hasta muy cerca la fecha para terminar de hacer compras, en esta época llegan muchos regalos y no quiero compras inoficiosas.

Para concluir, creo que cada hijo trae con si sus enseñanzas, para mi Pablo fue el niño que me enseño a ser mamá, con el que he aprendido a recorrer parte del camino, Elena tendrá ya una mamá y un papá más experimentados, no tan temerosos y algo más relajados. Claro solo falta que nazca y allí veremos la experiencia que tenemos que tanto nos sirve, lo que si se es que ambos serán niños llenos de amor, de besos y abrazos, y que en familia todos construiremos para aprender y crecer.

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